La teoría solunar y su influencia en la pesca


Introducción.

Desde que se sabe, el hombre ha buscado los medios que le permitan anticipar los eventos, de tal forma que pueda influir sobre ellos o, dicho de otra forma, ha inventado la magia, la religión y la ciencia para explicarse los fenómenos de la naturaleza y tomar control (o ventaja) sobre ellos en mayor o menor medida.

Esto en gran parte se ha logrado, ya que existe la PERIODICIDAD de los eventos y el hombre ha estado consciente durante un tiempo razonable * como para sistematizar sus observaciones y experiencias.

Entrando un poco en materia, podría pensarse que la teoría solunar es algo así como la astrología: algunos creen firmente en ella, otros la toman como algo divertido y aquellos, se presentan como francos detractores.

El hecho es que esta teoría no solo está respaldada con estudios científicos serios, sino también por la herencia sicológica que hemos recibido de nuestros ancestros cazadores-pescadores-recolectores y que aún hoy en día, indica el camino a muchas sociedades, digámosle, menos atrofiadas por la civilización.

La teoría.

La teoría solunar, llamada así porque se basa en la influencia que el sol y la luna tienen sobre el comportamiento tanto biológico como sicológico de los seres vivos, hombres y mujeres incluidos, y que éstos últimos han aprovechado desde tiempos inmemoriables para su supervivencia.

En lo que a la pesca se refiere, la teoría busca relacionar el comportamiento alimenticio de los peces con respecto a la posición del sol y la luna, particularmente con las fases de éste último cuerpo. Esta relación se conoce y se manejó empíricamente hasta que, en 1926, John Alden Knight (a quién la pesca, solo por mencionar un par de cosas, el diseño de la famosa y efectiva mosca "miky finn" y los primeros estudios sobre la pisicultura de la trucha, incluido
uno de los más efectivos alimentos balanceados diseñados para esta especie), se dió a la tarea de realizar un estudio científico del tema. Este trabajo le tomó diez años y en 1936, aunque algunos autores dicen que en 1935, publicó el libro "La teoría solunar".

En un principio, Mr. Alden determinó una serie de 33 parámetros que supuso que tenían alguna influencia en el comportamiento de los peces; con sucesivas evaluaciones, llegó a la conclusión de que el sol, la luna y las mareas eran los factores más influyentes en los peces. Cada uno de estos factores fueron objeto de un análisis más profundo.

Sus estudios lo llevaron a concluir que es la luna, tanto en los períodos de luna nueva y luna llena tenían máxima influencia, sobre todo en la hora en que estas fases llegan a su máximo Estos períodos se denominara PERÍODOS MAYORES y fueron los únicos que se consideraron en un principio. Poco después se estudiaron los períodos intermedios, de menor duración, a éstos y se denominaron PERÍODOS MENORES.

En las tablas solunares propuestas por Knight de 1936 - y que siguen vigentes a la fecha- se calculan los momentos exactos de máxima activadad de los peces, considerando la ubicación geográfica de interés y se redondean en lapsos de 10 minutos.

Los mejores días.

En resumen, los días de luna llena y luna nueva son los mejores días de cada mes, debido a que en esos días, la influencia del asto está en su máximo.

Ahora bien, debido a que en el mes de Junio el día de la luna nueva, la posición de ésta con respecto al sol es casi "alineada", la influencia de ambos cuerpos se conjuntan para llegar al máximo posible durante todo el año. Sin embargo, debido a los movimientos de los astros y las leyes que los rigen, nunca habrá dos días, meses o años con influecias iguales.

El Horario

En general, cuando el período solunar se dá media hora antes de la salida o puesta del sol, la actividad de los peces se puede asumir muy grande y cuando coincide éste lapso con luna llena o nueva, entonces se dará la mejor respuesta del año.

El cálculo de las horas exactas consideradas como las mejores, requiere de un cálculo más o menos sencillo que depende principalmente de la zona en donde uno se encuentre y lo más práctico consiste en conseguir las tablas ya hechas de la localidad o en su defecto de la zona más cercana y hacer los ajustes pertinentes conforme al horario.

Otros factores.

Aunque la Luna influye definitivamente en la vida de todos los seres vivos, no es el único factor que determina el éxito de un día de pesca: existen otros muchos factores que pueden hacer fracasar el supuesto mejor día del año. Por ejemplo, muchos estudios demuestran que la temperatura, presión atomoférica, ácidez, contaminación, etc. influyen con frecuencia en mayor medida que la luna.
Por ejemplo, la lluvia ácida que desde hace varias décadas nos aquejan, ha causado la extinción de muchas especies de insectos que eran fuente natural de alimento para muchas especies de peces y éstos insector han sido paulatinamente reemplazados por otros que no necesariamente tiene un ciclo de vida similar, por lo que los peces modifican sus hábitos para adecuarse a las nuevas condiciones.
El cambio en la química del agua, afecta mucho más la actividad de los peces y otros seres acuáticos.

La temperatura.

Al ser los peces animales de sangre fría, la temperatura del agua afecta directamente su metabolismo y por tanto su necesidad de alimentarse. Al menos para las truchas silvestre, de varias especies, se ha demostrado que cuando el agua está a 19°C, la trucha se alimentará más ávidamente.
En los paises en donde hay una variaciones re importantes de temperatura entra una estación y otra, ésta tiene una mayor influencia. Los retrasos o adelantos en las lluvias, puede acarrear cambios en la forma de alimentación de los peces.

La presión atmosférica.

Según se ha logrado determinar, la presión atmosférica también influye, con menor medida, en el comportamiento alimenticio de los peces (y otros animales).

Conclusión personal.

Ah, pues...

Mi posición al respecto es que, si bien es posible que las tablas solunares marquen una buena pauta para salir de pesca (pues está demostrado), no necesariamente debe uno ser riguroso en su observancia, ya que a fin de cuentas, para mí, salir de pesca no significa que debo pescar algo "a fuerza", sino que salir de pesca, es tener la oportunidad de disfrutar de todas las cosas buenas que la pesca me ofrece y créame que prender un pez, no está dentro de las mejores. Ahí se las dejo.

Héctor Yamasaki